El Show de Larry David

Larry David se interpreta a sí mismo.

Eso es todo. Pero entremos en materia: ¿quién cojones es ese Larry David? Así a bote pronto ni os sonará, pero si os digo que es uno de los creadores de Seinfeld y que ha protagonizado "Si la cosa funciona", una de las películas más recientes de Woody Allen, le damos la vuelta a la tortilla.

Y sí, seguimos su vida diaria como creador de aquella mítica sitcom al mismo tiempo que sus relaciones con su mujer, amigos y compañeros de trabajo. No es precisamente un tipo con el que te tomarías unas cañas: es maleducado, malhablado, terco, arrogante, narcisista, ventajista, obsesivo, neurótico, pretencioso, rencoroso...una joyita andante que con su venenosa verborrea enciende la mecha de una cadena de malentendidos que, por lo general, acaban pasándole factura.

Llama la atención la puesta en escena, similar a una grabación de bajo presupuesto. Desconozco con qué fin tomaron esta decisión. Quizá para incrementar la sensación de cotidianeidad, no sé. El caso es que te acabas acostumbrando. Y, sin duda lo más llamativo es que...¡no hay guión! Sí, el pilar básico de toda serie cómica aquí queda totalmente desplazado. Se propone una situación concreta para cada escena y los actores improvisan. Esta particularidad, evidentemente, hace oscilar considerablemente el nivel de los episodios. Pero en ningún momento llega a aburrir y casi siempre esbozas una sonrisa.

No es una sitcom para todo el mundo por lo atípico de la propuesta. Echadle un ojo si os cansan las comedias de siempre y/o queréis probar algo radicalmente distinto. Tarda lo suyo en enganchar, eso sí.

7 (nota global de las 6 primeras temporadas)