viernes, 20 de mayo de 2011

The Office



Resurgo del averno. A ver lo que tarda en volver a tentarme.

Muchos conoceréis esta serie por el longevo remake americano encabezado por Steve Carell. Está genial, sin duda, pero quería comprobar la calidad de la masa madre. No ha decepcionado.

The Office es una propuesta muy particular y atípica que al margen de gustos personales dudo que deje indiferente a nadie. Comedia, sí, pero nada que ver con las sitcom tradicionales. Filmada como un falso documental, con muchos fragmentos de los personajes hablando a la cámara cual confesionario, la serie sigue el día a día de los empleados de una sucursal, cada uno con sus propios problemas y excentricidades pero con un nexo común: el jefe, al que da vida Ricky Gervais. Un tipo cuya máxima es quedar bien con todo el mundo. El fin justifica los medios, y si estos son la vergüenza ajena, la humillación y la vejación que así sean. Es genial que se saquen de la manga tal cantidad de payasadas y chistes aparéntemente zafios y que logren hacerla tan cercana, inteligente y desternillante. Entre tanta carcajada, también hay espacio para algún que otro nudo en la garganta y una historia de amor mu potita y mu fervosa, perfectamente calculadas y para nada anticlimáticas.

Es difícil de recomendar, pero si os logra enganchar no la soltaréis hasta el final y se os hará corta. Bueno, quizás con algún diminutivo más, que a los 14 capítulos y dos especiales de Navidad endut hoch hech.

Ni se os ocurra verla doblada. Que cojones, NI SE OS OCURRA. Quien ose hacerlo es un hereje violatortugas y merece ser enculado por Barreda y los pegamoides. Ba Dum Tsssh.

8